Las dos ideas más erróneas respecto a la práctica del Yoga y cómo evitarlas.

¡Muy buenas!! Estoy encantada de saludarte de nuevo.

Hoy quiero hablarte de las dos ideas más erróneas respecto a la consideración de la práctica del Yoga.

Me refiero a aquellas imágenes-ideas mentales que  todos relacionamos con el Yoga, y que a menudo nos equivocan sobre lo que el Yoga nos propone.

He observado que excepto para  aquellos que practican Yoga, esta disciplina es muy desconocida, lo que nos lleva en ocasiones a considerar errores por verdades, y así pensar que esto no es para nosotros, cuando podría ser aquello que estamos buscando.

Espero que este artículo te ayude a comprender un poco mejor lo que el Yoga puede hacer por ti.

No importa cuál sea tu condición física actual,  siempre puedes elegir el tipo de Yoga que vaya más contigo, teniendo en cuenta tu punto de partida y tus objetivos.

La primera de las imágenes-ideas  que nos acostumbran a ver es la  de practicantes en complejas posturas, con cuerpos atléticos y a veces, muy delgados, que hacen cosas como de circo, contorsionistas, equilibristas, etc.

Respecto a esto  decirte que el Yoga no es «sólo» para los que ya están en forma y son flexibles.

Si lo que vas a obtener es flexibilidad y fortaleza, no es necesario que las tengas para empezar.

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Así, no tienes que ser flexible, ni tener un cuerpo atlético ni delgado para poder beneficiarte de esta maravillosa sabiduría para tu bienestar.

¿De dónde parte el mayor beneficio que te procura el Yoga?De la posibilidad que te das al practicar de «auto-observarte», y de moverte con atención e intención.

Yoga no es sólo hacer «posturas» raras o dificultosas.

En sus orígenes una de las metas del Yoga es conservar el cuerpo en perfecto estado de Salud.

Se recomienda a los yoguis practicar las asanas ( posturas) y las respiraciones (pranayama) a fin de conservar el cuerpo en perfecto estado de Salud.

Shaiva Gama, obra de muy antigua reputación ; se recoge la cita en el «Hatha Yoga Pradipika»

El acceso a la Salud sucede gracias a los movimientos corporales sincronizados con la respiración, fluidos y estáticos, que permiten que la energía del yogui (persona que practica yoga) se movilice para proporcionar armonía y equilibrio a los sistemas corporales.

Toda práctica de Yoga se adapta al practicante.

Y existen  variantes para todos los tipos corporales y adaptaciones para las distintas  condiciones físicas en las que los cuerpos y mentes se encuentran.

La segunda imagen-idea es esta: puesto que  el Yoga enseña y da un amplio espacio a la relajación, mucha gente cree que Yoga es dormirse, echarse y ya está.

Cuando daba clases de Yoga en un Polideportivo Municipal algunos de los trabajadores de allí cuando llegaba a las clases me decían «qué? a dormirse un poquito» y se sonreían.

Respecto a esto  «el Yoga es dormirse»  no significa que estemos todo el rato echados o que sea un ejercicio tan suave como para dormirse o aburrirse.

De nuevo, esto depende del estado físico de la persona, y de los aspectos que se trabajen en la modalidad de Yoga que se esté practicando.

Existen muchos tipos de práctica de Yoga, desde el más suave llamado «Yoga Restaurativo» o «Yin Yoga», hasta el más intenso el «Asthanga Yoga» muy atlético, o el Yoga practicado en un entorno terapéutico personalizado «ViniYoga», entre otros.

En Yoga, el trabajo es siempre intenso,  y completo; trabajamos para beneficiar a todo el organismo: físico, emocional y mental.

Sin embargo, intensidad no es dolor, ni sobre esfuerzo.

La relajación tiene el efecto de complementar «la acción» y ambas logran la armonía.

En la sociedad en la que vivimos la acción tiene mucho más valor que la relajación.

Se piensa que sólo el movimiento es hacer. Sin embargo , también la relajación es un movimiento.

Te dejo algunas consideraciones fundamentales a tener en cuenta para que el Yoga se acomode a lo que quieres y te es saludable.

  1. Elije el estilo que más se adapte a tu forma física, además de a tus objetivos. Puedes hacer una reflexión sobre los puntos de tu salud física o mental que te gustaría ver mejorados con la práctica del Yoga, y compartirla con quien vaya a ser tu profesor.
  2. Además no te olvides de informar a tu profesor de cualquier preocupación sobre tu salud o sobre los desafíos que enfrentas en tu día a día.
  3. Si la práctica a la que te has apuntado no te ofrece aquello que buscabas, coméntalo con tu instructor-profesor. No te quedes con dudas. Tal vez puedes  cambiar hacia aquel Yoga que mejor te va.
  4. Si tienes alguna patología o enfermedad crónica consulta con tu médico para que te de recomendaciones especiales. Explícale que vas a practicar Yoga y que te oriente sobre posiciones o movimientos específicos que a tu cuerpo no convienen y debes evitar, y luego coméntalo con tu profesor.

Muchísimas gracias por estar aquí!

Déjame tus comentarios o los temas relacionados con el Yoga y la Meditación sobre los que te gustaría profundizar.

Para cualquier duda o pregunta puedes escribir a contacto@laurayogameditacion.com.


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